lunes, septiembre 21, 2009

Lunes en la madrugada: "La luz no muere sola, arrastra en su desastre todo lo que ilumina: así el amor".


La plaza pública ha sido sustituida por las redes sociales. Y al sustituirla también hereda taras y virtudes de aquélla. Hoy lunes en la madrugada pienso en lo afortunado que soy de contar con este medio para exhibirme --toda escritura es acto de exhibicionismo, más o menos atrevido.

Septiembre, para mí, no es el mes de la Patria Mexicana, sino el mes en que cumplen años cuatro de mis seres más queridos: mi sangre.

Sé de sobra que sólo somos shadows & dust, pero también sé que hay una mujer por quien siento ganas de cantar y aullar, cuyo nombre mis amigos (o no amigos) conocen. Aunque es cursi, diré que la amo. Y me da risa que cualquier sebosa o seboso me vengan (recientemente) con despectivos agazapados en su envidia pedorra.

Hoy no estoy sino para recordar aquellos versos del gran tigre poeta Lizalde: "La luz no muere sola, arrastra en su desastre todo lo que ilumina: así el amor".

Eve, mi dulce compañía, sígname en tu nombre poblado de criaturas nocturnas, viajes, unicornios, brevedad del instante en que la luz se hizo para presentarme tu espigada silueta desde siempre.

"El lunes arde en mi frente como una lámpara de petróleo". Encontrar el sentido incluso en un campo de concentración (Viktor Frankl dixit). Hay trabajo por hacer. Gracias por tomarse la molestia de leerme.

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