Ramón I. Martínez
La poeta hindú Sujata Bhatt (Ahmedabad, 1956) inauguró con este libro la colección Círculo de Poesía, traducido por el equipo de la misma editorial. Asimismo, fue la primer poeta merecedora del Premio Internacional de Poesía Nuevo Siglo de Oro 2014, que a través del Encuentro Internacional de Poesía Ciudad de México, ofrece la lengua española a las literaturas del mundo. Vive en Alemania.
El poema que nombra al volumen aparece en las primeras páginas. Vale la pena citarlo por extenso dada su riqueza de símbolos y reminiscencias de la infancia, llenas de una sensualidad que devendrán en el erotismo del acto de amar en la edad adulta.
SHÉRDI
La manera como aprendí
a comer caña de azúcar en Sanosra:
empleo mis dientes
pelando la cáscara, la dura chaal
a mordiscos arranco tiras
del blanco corazón fibroso
--chupando fuertemente con mis dientes, aprieto,
y el jugo se escurre.
En las mañanas de enero
el granjero corta verdes, tiernas cañas de azúcar
y las lleva a nuestra puerta.
Por las tardes, cuando los adultos se han dormido
nos escapamos afuera llevándonos las largas, suaves varas.
El sol nos calienta, los perros bostezan,
los dientes se endurecen
y nuestras quijadas se entumen;
por horas chupamos el russ, el jugo pegajoso
derramado en las manos.
Por eso esta noche
cuando me pides que use mis dientes
para chupar duro, muy duro,
siento que me huele tu pelo
a caña de azúcar
y me imagino que te gustaría ser
shérdi shérdi allá en los campos
las leves cañas se mecen
y abren un camino frente a nosotros.
(traducción de Mario Bojórquez)
La poesía de Sujata Bhatt es la manifestación de un compromiso profundo con la interdisciplinareidad en cuanto contacto con otras artes y otras culturas. Por eso está vigente tanto para Oriente como para Occidente. Brahmanes y faraón, niñas y adultas, Frida Kahlo y Paula Becker, por sólo mencionar algunos personajes y mitologías diversas, se entrelazan en estas páginas. Esto le confiere rasgos de extrañeza y fascinación a través de sus versos pulidos, ligeros y sabios. En ellos se conjugan lo real y lo fantástico, atravesando maravillosamente fronteras entre ambos. Como en el siguiente fragmento del poema “Cruzando a pie el Puente de Brooklyn, julio de 1990” (p. 54):
Cruzando a pie el Puente de Brooklyn
una se siente alejada de todo
como si planeara en un avión
que vuela a poca altura.
Abajo, en los dos sentidos, los carros
pasan. Arriba, los cables
de acero convergen, apretados.
Los músculos en mis piernas se sienten
agotados, expuestos.
En este poema la nota roja es pretexto para la reflexión poética, donde no puedes esperar que la vida sea justa, ni siquiera con los niños o con el padre recién llegado de Montana que quería alimentar a su perro.
El
dios Pan es invocado junto con otros dioses, así como la supuesta
impureza de la mujer menstruando. Nada escapa a la mirada acuciosa de Sujata Bhatt, considerada por muchos como la mejor poeta viva del mundo.
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