Monsiváis era un caudillo. Un hombre de poder. ¿Alguien (fuera de Octavio Paz) se atrevió a cuestionarlo? Ni siquiera Krauze. No pongo en duda los méritos literarios de Monsiváis. Sin duda aun tenía mucho qué decir. Simplemente, entre el coro de lamentaciones, traigo a recuento un artículo que cuestiona la vida pública (no personal) del recién fallecido. Es la voz de René Avilés Fábila.
Todo (o casi todo) mundo lamenta la muerte de Carlos Monsiváis. Es sano recordar que no era un dios (aunque para algunos lo fuera) sino un ser humano con luces y con sombras. Queda el legado de su vida y su obra. Aprendamos de ello.
http://www.reneavilesfabila.com.mx/pdf/pesadilla_monsivais.pdf
Mi más sincero pésame para sus deudos, a quienes no tuve el gusto de conocer.
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