Sus mejillas se habían secado ya y su voz era seria. El joven se estacionó y ella salió del coche. La vio desaparecer en el edificio, pensando con una terrible satisfacción que la chica se convertiría pronto en un ogro adulto --falsa inteligencia, emociones falsas, la máxima eficiencia, todo actuando para producir una dominante y quisquillosa doctora en filosofía.
Flannery O´Connor, "Las fiestas de Partridge"
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